sábado, 17 de noviembre de 2007

Literatura del Renacimiento

Portada de la edición de Medina del Campo de 1554, impresa por Mateo y Francisco del Canto

la Comunicacion en el Renacimiento una de ellas es La novela picaresca, como género literario, posee las siguientes características:

El relato es autobiográfico.
La narración sigue un orden cronológico.
La ironía y el diálogo son dos de los recursos más empleados para desarrollar el argumento y expresar la crítica en el libro.
El protagonista es un pícaro; es decir:
a. pertenece a la clase social baja, casi un delincuente;
b. es un vagabundo;
c. se mueve inducido por el hambre;
d. busca la manera de mejorar de vida;
e. carece de ideales.

El Lazarillo, de autor anónimo, se publicó en 1554 y narra la vida de un muchacho, Lázaro de Tormes, desde su nacimiento hasta que se casa en Toledo con la criada de un arcipreste. Durante todo ese tiempo sirve a varios amos que le maltratan y apenas le dan de comer.
Como ya se ha dicho, inaugura la novela picaresca y destaca dentro de la producción de la literatura del Siglo de Oro por su originalidad ya que representa una literatura basada en la realidad frente al idealismo o la religiosidad de la literatura de la época e inmediatamente anterior (libros de caballerías, novela sentimental, etc.)En cuanto a la técnica empleada, se ha de destacar el hecho de articular los episodios a través del hilo conductor de la vida del pícaro

La poesía renacentista.

Las relaciones políticas, guerreras, religiosas y literarias entre Italia y España desde la mitad del siglo XVII, hicieron que existiera un notable intercambio cultural entre estos dos países. El papado de dos ilustres catalanes, Calixto VI (Alfonso de Borja) y Alejandro VI (Rodrigo de Borja y Oms), estrecharon las relaciones culturales entre Castilla, el Reino de Aragón, Cataluña y Roma. Las obras literarias españolas de mayor relieve se editaban o traducían en Italia. Así lo fueron el Amadís de Gaula, La Celestina, Cárcel de Amor, composiciones poéticas de Jorge Manrique, de Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana y producciones populares como romances, villancicos, etc. Otro tanto sucedía en España con obras italianas. Entre ellas, la Jerusalén Libertada, de Torcuato Tasso.

La poesía renacentista.
La poesía de este período se dividió en dos escuelas: la Salmantina (Fray Luis de León) y la Sevillana (Fernando de Herrera).

La Escuela Salmantina, tiene como rasgos distintivos:
Concisión en el lenguaje, Llaneza en la expresión, Realismo en el pensamiento, Preferencia por la estrofa corta, La naturalidad y la sencillez.

La Escuela Sevillana, en cambio, es: Grandilocuente, Pule en extremo la forma, Su obra es más de meditación que de sentimiento, más de documentación que de observación de la naturaleza y de la vida, Prefiere la estrofa larga y la composición extensa y usa abundamente los adjetivos y el ornato retórico.
No obstante, esta escuela sirvió de base inmediata y de puente necesario para enlazar con los movimientos poéticos que en el siglo XVII se englobaron bajo la denominación general de Barroco.
Orígenes.
La lírica renacentista se origina a partir de: La tradición, que perpetúa temas y formas de la lírica medieval. Esta tradición se compone tanto de la lírica tradicional, oral y popular (villancicos, canciones de amor...) y la lírica no-escrita que transmitía el romancero, como la lírica culta (de autores como Juan de Mena o el Marqués de Santillana) y la lírica cortesana de raíz trovadoresca recogida en los cancioneros el más famoso de los cuales fue el de Hernando de Acuña.
Esta poesía tradicional está ligada al empleo del verso corto, especialmente el octosílabo.
La corriente innovadora de raíz petrarquista y, por tanto, italianizante, que madurará gracias a Boscán y a Garcilaso. Esta corriente bebe en realidad de las mismas fuentes que la anterior: la lírica provenzal. Manejan por tanto una misma concepción del amor como servicio que dignifica al enamorado.

Características.

En cuanto a la métrica utilizada, se adoptan versos (endecasílabo), estrofas (lira) y poemas (soneto) procedentes de Italia. Asimismo, aparecen géneros característicos como la égloga (los protagonistas son pastores idealizados), la oda (para asuntos graves) o la epístola (poema en forma de carta).
La lengua en esta época está dominada por la naturalidad y la sencillez, huyendo de la afectación, del amaneramiento y de la frase rebuscada. Así el léxico y la sintaxis serán sencillos.
Los temas preferidos por la poesía renacentista son, fundamentalmente, el amor, concebido desde el punto de vista platónico; la naturaleza, como algo idílico (bucolismo); la mitología pagana, de la que se reflejan historias de dioses y la belleza femenina, siguiendo siempre un mismo ideal clásico. En relación con estos temas mencionados, existen varios tópicos renacentistas, tomados del mundo clásico algunos de ellos:
a) El Carpe Diem, cuya traducción sería "atrapa el día" o "aprovecha el momento". Con él se aconseja el disfrute de la vida antes de la llegada de la vejez.
b) La belleza femenina, descrita siguiendo siempre un mismo esquema: joven rubia, de ojos claros, serenos, de piel blanca, labios rojos, mejillas sonrosadas, etc.
c) El Beatus Ille o alabanza de la vida del campo, apartado de lo material, frente a la vida de la ciudad, con sus peligros e intrigas.
d) El Locus amoenus o descripción de una naturaleza perfecta e idílica.
Imitación y originalidad en la poética renacentista.
El poeta renacentista se servía de los modelos de la Naturaleza, sobre esta base no ponía en duda la necesidad de imitar pues estos procedimientos se justificaban por proceder no de la reproducción de modelos, sino que del mismo espíritu que ha recogido otros pensamientos y se ha nutrido de ellos. Si lo ajeno, forzosamente disperso al ser múltiple, se vértebra y refunde en un organismo único, y si en este resplandece el espíritu del escritor, nadie podrá negarle el dictado de original. Dentro del esfuerzo por establecer influencias, traducciones o adaptaciones hay un componente de autocomplacencia ya que daba prestigio a quien las descubría. Esas rudezas eran en su mayor parte un rastreo que significo una pugna entre antiguos y modernos, para exhibir la propia cultura. El escritor de esa época asume la imitación como centro de su actividad. La originalidad absoluta constituye un ideal remoto que no se niega, pero no se postula exigentemente, porque es un privilegio concedido a poquísimos, y existe además, la posibilidad de alcanzarla con el medio imitativo. En la imitación se debe acudir a varias fuentes que deben trasformarse y reducirse a unidad, es decir convertirse al sentimiento personal que permite obtener el resultado patentemente original (no es la expresión pura del sentimiento, antes es un rodeo la memoria lectora)

Garcilaso de la Vega.
Garcilaso de la vega y la poesía en tiempo de Carlos V
En la poesía lírica de la primera mitad del siglo XVI, la crítica reconoce varias corrientes paralelas que confluyen en dos grandes líneas. 1.- tradicional: que perpetúa los temas y formas procedentes de la tradición medieval. Recoge tanto la lírica tradicional (villancicos, cancioncillas de amor, textos romanceriles, etc.) como las de la poesía de cancionero del siglo XV en su vertiente amorosa y didáctica moral. Ligada al uso de metros cortos, especialmente el verso octosílabo. 2.- italianizante: más innovadora, introduce en España modelos poéticos de inspiración petrarquista vigentes en la Italia del Renacimiento. Refleja el desarrollo de las innovaciones de Juan Boscán y Garcilaso, según el patrón de la lírica culta italiana de su tiempo. Ligada al empleo del endecasílabo, soneto y de diversas formas estróficas derivadas de la canción petrarquista.
Los estudios de José Manuel Blecua y Rafael Lapesa demuestran la improcedencia de toda rígida dicotomía entre las dos corrientes ya que ambos descienden de una fuente común de la poesía provenzal. En la lírica española existía ya un clima “petrarquista” procedente del fondo trovadoresco que los poetas del dolce stil nuovo habían recogido en Italia. El surgimiento de la lírica italianizante tiene un fecha clave, en 1526 Navagero insta a Juan Boscán a probar en lengua castellana sonetos y otras trobas usadas por los buenos poetas de Italia. A su vez en Italia el entusiasmo por las letras grecolatinas repercute en el resurgimiento del bucolismo, junto al sueño pastoril de la Edad de Oro y otros mitos clásicos que pudieran servir para la comunicación del sentimiento amoroso. Garcilaso de la Vega (1501-1536) cortesano y soldado de la época del Emperador. Es prácticamente imposible rehacer su vida externa sin detalles autobiográficos inspirados en mayor parte por la portuguesa Isabel Freire, pasando primero por los celos de su boda, y después por el dolor de su muerte. La poesía garcilasiana se vincula con tres nombres principales: Virgilio, Petrarca y Sannazaro (de Virgilio rescata la expresión del sentimiento, de Petrarca, la métrica y la indagación en los estados de ánimo y de Sannazaro, su nivel artístico). Se destacó por la riqueza expresiva de sus versos ejemplificados por Dámaso Alonso en la égloga II, perfecta imbricación de recursos técnicos para acercar al lector a la comprensión en plenitud del lenguaje poético. Hay tres motivos esenciales: la dulzura, la tristeza y la gravedad. Parker destacó su simetría, y Clarke su perspectiva psicológica, etc.
Dentro de la llamada línea tradicional destaca la figura de Cristóbal de Castillejo, de quien se han tomado muy rígidamente sus poemas amorosos, ajustados a los tópicos del amor cortés, y sus sátiras. Ha sido percibido como un espíritu imbuido del ideal erasmista y dotado de una superioridad moral por encima de la bajeza cortesana. En su obra hay mezcla de jocosidad y moralismo. Estuvo en contra de la escuela italianizante, por estar encabezando la defensa de la lengua nacional del nuevo imperio, quien postulaba que esta lengua superaría y revitalizaría la insustancialidad y amaneramiento de las coplas castellanas de su tiempo, ya alejadas de los modelos anteriores. Este vitalismo suponía la incorporación de elementos folclóricos y tradicionales, la tendencia populista erasmista del refrán y del coloquio y el nacionalismo lingüístico literario.

La trayectoria poética de Garcilaso.
La materia poética de Garcilaso está constituida por las vivencias de un espíritu agitado entre impulsos contradictorios, sumido en la conformidad o refugiado en sueños de hermosura. Pero estos estados del alma se han encontrado con moldes propios de la tradición literaria, que han actuado sobre el contenido sentimental y sobre la expresión, intensificándolos o filtrándolos. Garcilaso comienza preocuparse de la belleza del mundo exterior, de la hermosura femenina, después del paisaje. Pero nunca desaparecen rasgos hispánicos característicos como la gravedad y la digna contención, o la voluntad de perderse. Están presentes elementos del dolce stil nuovo, que le impulsan a idealizar el amor presentándolo como estímulo de la espiritualidad
Literatura religiosa
El Renacimiento impone una división entre lo natural y lo sobrenatural, frente a la Edad Media en que se mezclaban de una forma que Dios, la Virgen y los Santos intervenían en todo tipo de asuntos mundanos con apariciones y milagros. En esta nueva época, hay escritores mundanos, como Garcilaso de la Vega, y autores que únicamente expresan sentimientos religiosos, tanto en verso como en prosa. En el Renacimiento se desarrollan y manifiestan ampliamente estos sentimientos, fuertemente impulsados por la Contrarreforma, lucha contra la Reforma protestante, en la que se empeñaron la Iglesia y la Corona españolas.
Ascética y mística
La literatura religiosa puede manifestarse en tratados en prosa sobre materias espirituales (como Los nombres de Cristo, de Fray Luis de León), o bien en poemas cargados de espiritualidad (San Juan de la Cruz). De ambas maneras se expresaron las formas de vida religiosa, denominadas ascética y mística.
La ascética trata de perfeccionar a las personas incitándolas al cumplimiento estricto de las obligaciones cristianas e instruyéndolas en ello. Escritores importantes son fray Luis de Granada (1504-1588), San Juan de Ávila (1500-1569) y fray Juan de los Ángeles (1536 -1609).
La mística trata de expresar los prodigios que algunos privilegiados experimentan en su propia alma al entrar en comunicación con Dios. Los místicos escriben preferentemente en verso (San Juan de la Cruz, aunque tampoco reniegan de la prosa (Santa Teresa de Jesús). San Juan de la Cruz.

Santa Teresa de Jesús.
La prosa renacentista.
Como es lógico, buena parte de los subgéneros narrativos del siglo XV siguen vivos a lo largo del XVI; sin embargo, hay tres que merecen especial atención:La Novela Pastoril
La Novela Pastoril es de origen italiano, como la Sentimental. Al mediar el año de 1558 apareció el primer texto español perteneciente a este género: La Diana, escrita por Jorge de Montemayor. El éxito de este tipo de narrativa hizo que grandes autores de finales del XVI y principios del XVII como Lope de Vega (La Arcadia) o Miguel de Cervantes (La Galatea) lo cultivaran.
La prosa didáctica y religiosa.
Durante el reinado de Felipe II, que abarca los años de 1557 a 1597, la Literatura Religiosa en España tuvo su mayor auge. La religiosidad del monarca, el espíritu de la Contrarreforma y las costumbres de la época fueron parte en la extraordinaria importancia que ésta alcanzó. La Literatura Didáctica y Religiosa es muy vasta, pues incluye: La Apologética, la cual presenta argumentos en pro de la religión,
La Ascética, que tiende a inculcar los preceptos de la moral y La Mística, que procura el conocimiento de Dios dentro del propio espíritu, por medio de la contemplación y la meditación. La producción de los místicos del siglo XVI es de gran importancia, principalmente para el crecimiento y robustez del idioma.

No hay comentarios: